sábado, 27 de octubre de 2007

Acerca de la telenovela en Colombia

“Pocos fenómenos culturales evidencian hoy en forma tan expresiva las contradictorias articulaciones que entrelazan las dinámicas culturales a las lógicas del mercado como la telenovela ...”.
Martín Barbero, 1992:8

La telenovela, en tanto producto audiovisual y cultural con profundas raíces y tradición en Latinoamérica, se ha consolidado en los últimos años en Colombia como uno de los géneros televisivos más legitimado en las preferencias de sintonía y en la forma de producción nacional que mayor éxito comercial ha logrado en otros países del continente e, incluso, en los mercados mundiales que, de manera cada vez más constante, han empezado a consumir telenovelas colombianas.

Este género melodramático se ha convertido en un elemento clave para el desarrollo de la industria televisiva colombiana en los últimos veinticinco años.

“Si en términos económicos para una programadora de televisión es muy importante que le concedan una telenovela, ya sea para producirla o para importarla de otros países, en términos del desarrollo de la industria misma el compromiso de producir una telenovela nacional está obligando a las programadoras a establecer una infraestructura técnica y profesional mucho más grande y sólida que para la producción de cualquier otro tipo de programa. De manera que no solamente se ponen las bases para producir telenovelas sino otra serie de programas dramatizados y en general cualquier otro tipo de programa que requiera de profesionales y técnicos especializados y de una seria infraestructura” (Barbero, 1993:22).

Esto nos lleva a pensar, desde una perspectiva cultural, que la telenovela en Colombia ha dejado de ser un programa de “entretenimiento” destinado preferencialmente a las amas de casa, para convertirse en un producto audiovisual que desplazó a las grandes series norteamericanas y europeas en las franjas de mayor audiencia diaria de la televisión colombiana. Hoy constituye un producto económicamente rentable y prioritario para la inversión publicitaria, lo cual es políticamente significativo porque “cada día un mayor número de personas y sectores la ven como un espacio de intervención y culturalmente ofrece un campo fundamental para la introducción de hábitos y valores” (Barbero, 1993).

En la actualidad, no resulta extraña la noticia de la emisión de producciones nacionales como Café con aroma de mujer, Betty La Fea, Merlina: Mujer Divina, Pasión de Gavilanes, La Tormenta o Pecados Capitales en la televisión asiática, norteamericana, española, rusa, alemana, árabe o japonesa, mercados audiovisuales extranjeros a los que antes solamente llegaban melodramas mexicanos, venezolanos, argentinos o brasileros.

Este fenómeno de internacionalización de las telenovelas no está ligado solamente a los procesos de industrialización y las estrategias de comercialización por parte de las empresas productoras y canales de televisión colombianos para aumentar sus ingresos; también involucra cambios en sus estructuras narrativas, en sus abordajes temáticos que van desde la literatura clásica hasta los problemas sociales, en sus componentes y en sus técnicas de producción, entre otros aspectos.

Éste es el punto de partida para analizar, desde una perspectiva semiótica, el papel que desempeñan los pregenéricos o cabezotes de las telenovelas –esos relatos breves que actúan como portadas de la producción, que acompañan con frecuencia el comienzo de cada capítulo del melodrama para recordar al televidente de manera sintética y precisa los momentos más importantes y significativos de la trama y que, en promedio, no superan los 60 segundos- dentro de la estructura narrativa de estos productos dramáticos: como síntesis del relato, como elemento estético o como estrategia de mercadeo de la producción audiovisual, entre otros usos y funciones.

Los pregenéricos o cabezotes, que hasta hace algunos años eran considerados como elementos puramente decorativos del relato, similares a la carátula de un libro, hoy se han convertido en piezas audiovisuales de vital importancia que le permiten a la productora o al canal de televisión generar la “marca” del producto para comercializarlo, y al televidente la posibilidad de “ligarse” al relato y comprender la historia en su totalidad, desde el visionado de cualquier capítulo.

Se considera, entonces, el pregenérico como un componente de alta relevancia que evidencian los cambios narrativos que han experimentado las telenovelas colombianas, sus evoluciones técnicas y estéticas, puesto que, en algunos casos, ha llegado a tener vida propia como narración total: sirven de anzuelo para la venta de las producciones en los mercados internacionales, constituyen la cara que genera la primera impresión del relato y, en muchos casos, el público televidente recuerda más el pregenérico o cabezote de presentación que la trama misma de la telenovela.

Si se tiene en cuenta que el lenguaje televisivo está construido por una diversa gama de formas expresivas que construyen mensajes mediante la combinación de tres componentes fundamentales: las imágenes, los sonidos y los elementos lingüísticos, esto implica que un estudio sobre los cambios narrativos de los pregenéricos de las telenovelas colombianas, desde una mirada semiótica a sus códigos lingüísticos, icónográficos y sonoros, permite conocer la evolución que ha tenido este género de ficción, tomando como referentes tres momentos significativos: la etapa inicial o etapa de la telenovela clásica (donde los grandes relatos de ficción estaban basados en la literatura clásica y tanto los actores como los libretos tenían alta influencia del teatro), la etapa de la industrialización (donde se comienza a desarrollar toda una industria alrededor de este melodrama televisivo, se especializan los roles de su producción y se experimenta con temas de la región, de la provincia colombiana), y la etapa de internacionalización - canales privados (cuando la telenovela colombiana incursiona en los mercados mundiales y se vuelve un producto de exportación, se muestra la necesidad de combinar un estilo propio de la telenovela colombiana con la universalidad del relato y genera otros requerimientos de tipo estético, técnico y comercial ligados al surgimiento de los canales privados de televisión RCN y Caracol.

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